Envejecido y lleno de cicatrices, el cayuco se acercaba lentamente a la costa, y en la penumbra del amanecer, la silueta de la tierra firme se dibujaba con una claridad dolorosa. Mientras, las miradas de aquellos viajeros anónimos arrojaban por la borda el peso de unas vidas rotas.
Categoría: Microrrelatos